La demencia es un síndrome caracterizado por un deterioro cognitivo progresivo que afecta funciones cerebrales superiores tales como la memoria, el lenguaje, la percepción, la atención, el pensamiento y la conducta, alterando la capacidad de la persona para desenvolverse en forma independiente en sus actividades habituales.
Se calcula que cada 3 segundos una nueva personales diagnosticada con demencia, y si bien existen muchos tipos, la enfermedad de Alzheimer es la más frecuente (constituye alrededor del 70% de los casos). Se trata de una enfermedad edad-dependiente, cuya frecuencia aumenta significativamente a partir de los 65 años.
Desde 1994, el 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer y desde 2012 se conmemora todo septiembre como el Mes Mundial del Alzheimer a fin de profundizar en la concientización y ampliar las actividades relacionadas a brindar información para el reconocimiento de la demencia y la lucha contra el estigma que la misma conlleva.
Los 7 factores de riesgo son: sedentarismo, tabaquismo, hipertensión, obesidad en la adultez, diabetes, depresión y baja educación formal. En todos los casos, se trata de factores modificables, por lo que mediante diferentes iniciativas se podría disminuir el riesgo de Alzheimer.
Cambio de hábitos
A través de la adopción de ciertos hábitos como el ejercicio físico, la estimulación cognitiva, una dieta saludable, sueño adecuado, disminución del estrés y el mantenimiento de la actividad social se puede lograr un escudo protector para el cerebro.
- Actividad física: Se recomienda el ejercicio aeróbico a través de caminatas de 30 minutos todos los días.
- Estimulación cognitiva: Aprender algo nuevo (idioma, dibujo, pintura, mecánica, música, etc.), y buscar otros nuevos desafíos cognitivos son formas de ir desarrollando la propia reserva cognitiva.
- Sueño: Trate de dormir entre 7-8 horas por día.
- Disminuir el estrés: El estrés crónico posee un efecto negativo sobre áreas del cerebro particularmente involucradas con la memoria, como por ejemplo el hipocampo.
- Actividad social: Involucrarse socialmente al mantener una red de amigos, participar en asociaciones y clubes, intervenir en actividades de la comunidad, participar en grupos de teatro, lectura, música, cine, etc., ayuda a mantener las habilidades cognitivas y enlentece el declinamiento cognitivo.
- Alimentación: Una dieta variada, rica en frutas, verduras, cereales, granos integrales, pescado, carnes magras, y una ingesta considerable de agua u otros líquidos, protegen al cerebro, mientras que, por lo contrario, una dieta rica en grasas saturadas, grasas trans y colesterol, se asocia a un aumento del riesgo de presentar deterioro cognitivo y demencia.
10 señales que pueden anunciar Alzheimer u otras demencias
Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas en uno mismo o en familiares es importante realizar una consulta a un profesional para intentar obtener un diagnóstico lo más precoz posible y avanzar con el tratamiento adecuado:
- Cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana.
- Dificultad para planificar o resolver problemas.
- Inconvenientes para desempeñar tareas habituales en la casa, en el trabajo o en su tiempo libre.
- Desorientación de tiempo o lugar
- Dificultad para comprender imágenes visuales y como los objetos se relacionan uno con el otro en el ambiente (esto puede dificultar el manejo vehicular).
- Nuevos problemas con el uso de palabras en el habla o al escribir.
- Colocación de objetos fuera de lugar y la falta de habilidad para poder pensar paso por paso lo hecho con anterioridad para lograr encontrarlo.
- Disminución o falta de buen juicio.
- Pérdida de iniciativa para tomar parte en el trabajo o en las actividades sociales.
- Cambios en el humor o la personalidad.